Cuando visitamos un centro comercial y pensamos en su impacto, puede que tengamos opiniones divididas; sin embargo, estoy segura que pocas veces nos detenemos a pensar en el potencial que puede haber en este espacio que acoge a miles de personas cada día. Por eso, acepté la invitación para conocer cómo Mall El Jardín ha entendido esta oportunidad y lo está alineando con su compromiso ambiental y social.

Con los retos que enfrenta el mundo de hoy, no basta con tener un propósito, sino que se requiere generar impacto a través de acciones. Algunas de las iniciativas que podemos encontrar cuando visitamos Mall El Jardín son: un espacio exclusivo para bicicletas que apoya a la movilidad sostenible, un punto de reciclaje del proyecto GIRA, vajilla reusable en su patio de comidas y su propio programa de reciclaje para apoyar a la Fundación Hermano Miguel que tiene ya 17 años; sin duda, éstas dos últimas son sus acciones más importantes y les quiero contar un poco más de ellas.

Cuando hablamos de una gestión de residuos más consciente, el reciclaje es el último paso que debemos considerar; sin embargo, es una realidad que producimos residuos a diario y el reto está en hacernos responsables de ellos, pero que mejor si al hacerlo también generamos impacto social ¿no lo creen? Desde el 2006 los residuos reciclables de cartón, plástico PET y Tetra Pak, que se generan en Mall El Jardín, se entregan semanalmente al programa de autogestión “Yo Reciclo” de la Fundación Hermano Miguel .

Este material es vendido por la fundación para subsidiar terapias y rehabilitación física de niños y niñas en situación vulnerable. De enero a abril del 2023 se han entregado 12 toneladas de cartón y 673 kilogramos de plástico PET, lo que ha permitido subsidiar 185 terapias infantiles.

El éxito de esta relación está en el compromiso de largo plazo, pues actualmente la mayor parte de las terapias las reciben niños con autismo, quienes ven una mejora luego de muchas sesiones. Es así, que la constancia en las terapias es la que les permite, por ejemplo, alcanzar autonomía a la hora de comer o tener mejor motricidad. Esta alianza es una muestra de que los “residuos son un tesoro” y bien aprovechados no solo aportan con el cuidado del planeta sino que le pueden cambiar la vida a las personas.

Si están de paso por el patio de comidas notarán que la experiencia que se ofrece es distinta a la de la mayoría de centros comerciales. En lo personal, evito comer en este tipo de lugares por la gran cantidad de desechables que se usan, pero aquí desde el 2021 la realidad es otra. Hace dos años, Mall El Jardín inició su camino hacia la economía circular, de la mano de Huella Verde , con el ambicioso reto de cambiar el modelo de gestión de residuos de su patio de comidas.

A través del programa Reusar Salva, se implementó el uso de platos y cubiertos reusables en su primera fase y en 2022 se dio un paso más al incorporar vasos y tazas reusables. Pero ¿cuántos residuos evitamos cuando le decimos NO a 1 desechable?

Para que tengan una idea más clara del impacto de estos cambios, en lo que va de este año, Reusar Salva ha evitado producir y desechar más de 4 millones de platos, vasos, tazas y cubiertos de un solo uso. Además, ha dado paso a crear campañas de educación, como la que se realizó en alianza con Orcatec para generar conciencia sobre el impacto de los plásticos en nuestros océanos y cómo estos afectan ecosistemas tan importantes como el de las Islas Galápagos.

Y es que a veces al vivir en la ciudad, lejos del mar y la naturaleza, nos olvidamos que todos estamos conectados.

Por ejemplo, las corrientes y el viento hacen que en solo 3 meses los residuos plásticos que se generan en el Ecuador continental lleguen a Galápagos. Especies únicas de tortugas, iguanas marinas y lobos marinos corren el riesgo de enredarse con los plásticos que flotan en el mar y otras los ingieren porque los confunden con peces pequeños. Con datos como éstos, está claro por qué es urgente cambiarnos a alternativas reusables.

Ser parte del cambio es un camino de mejora continua. Por eso, ahora que conocen las acciones positivas que están por detrás de Mall El Jardín, tal vez su próxima visita tenga otro significado y se sientan motivados a contribuir o hacer su parte.

Recuerden que ningún cambio es pequeño ¡todo suma!

Me defino como una intraemprendedora, emprendedora y estratega que cree en el poder de los negocios de triple impacto y los ciudadanos como agentes de cambio. Cuento con 13 años de experiencia en diferentes industrias aportando desde la sostenibilidad, la comunicación y el marketing. Vivo en mejora continua, redefiniendo mi propio camino hacia la sostenibilidad.